El Toreo y La Cultura

En días pasados nos llegaron varios correo-e en los que se negaba que el toreo sea cultura, arte y tradición. Además argumentaban que es falso que el toro bravo esté hecho para la lidiarse en el ruedo, amén de otras tonterías.

Se citó a una declaración de la UNESCO -tomada de la Wikipedia:

la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.

Y su brillante deducción fue que: “es más que obvio que la tortura de un animal por diversión es irreflexiva, irracional, anti ética y falta de valores, por lo tanto las corridas de toros no aportan a la cultura en absoluto.

¡NO! Este texto es una relación de ventajas y oportunidades culturales; NO es una definición, mucho menos una definición sociológica ó antropológica. A la construcción del argumento, mi profesor de lógica la pondría como un claro ejemplo de IGNORANCIA DEL ELENCO.

La definición de cultura tomada del documento original (La declaración de la UNESCO de México de1982) reza lo siguiente:

en su sentido más amplio, la cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de
los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una
sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los
derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.

El significado de “cultura” difiere según su uso pudiendo ser: humanista, antropológico, sociológico, psicoanalítico y etiológico.

Emile Durheim, el padre de la sociología moderna argumentaba que: “La cultura es una realidad independiente, tiene vida propia fuera de los individuos.

Si hablamos de valores, estamos dándole al término “cultura” un sentido antropológico. Esto es, referirnos a nuestra forma de vida y nuestra cosmovisión como sociedad.

El pundonor, la inteligencia y la estética son parte de los valores del toreo: NO ME IMAGINO A LUCIO GUTIERREZ ó a ABDALÁ BUCARAM como toreros por ejemplo.

En este sentido un hombre frente a un toro enfrentando la muerte cara a cara ES CULTURA. Lo mismo decimos de un indígena Taromenani reduciendo la cabeza de un Huaurani ó un estudiante quiteño que en el día de los difuntos fue a comer catzos en Sangolquí.

Tanto en el toreo como en las artes plásticas -pintura, escultura, tallado, etc- ó las escénicas como la danza o el teatro no se aprecia solo la técnica sino la estética en sí: Tiene que ser bello y el intérprete excepcional tiene ángel y duende (el frasco de las esencias del toreo.)

La tradición del toreo viene de su doble carácter litúrgico y lúdico, anterior a la cristiandad. De allí su relación con las fiestas religiosas, la idolatría hacia el torero -que toma el lugar del predicador- y la actitud fundamentalista de determinados aficionados. Ni siquiera la iglesia católica logró abolir las corridas de toros.

NO SE EQUIVOQUE: El toro-bravo es un animal seleccionado genéticamente. Se le han fijado determinadas características de codicia, acometividad, duración, clase, recorrido, etc. Si bien un toro puede ser apacible y manejable en grupo, al verse solo su comportamiento variara drásticamente. Baste con acercarse para que usted se de cuenta que embiste. Además, por las circunstancias ambientales, su comportamiento en una plaza de toros será más complejo y agresivo.


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